20 oct 2008

¿Los colombianos tenemos participación política gracias a medios como el internet?


Por: Sara Lucía Velandia.

Mediante éste escrito pretendo hacer una comparación entre la teoría planteada por Jesús Barbero sobre la Aldea Global y la realidad colombiana, tomando como punto de partida la vida política en el país y la intervención de los ciudadanos en ésta mediante el Internet.

Para comenzar, Barbero plantea que muchas veces en vacío que hay en la vida política lo llegan a llenar los medios de comunicación y más aun, el Internet. Según el autor gracias a este medio de comunicación cada individuo logra encajar en ésta sociedad, pero esto es casi utópico, pues no hay una democracia ni una deliberación; simplemente hay una forma de hallar identidad que muchas veces no se encuentra en lo real. Por ejemplo, muchos niños o mujeres, que aún son excluidos de la vida política, logran encontrar una participación activa en muchas decisiones que la Internet les permite tomar.

Esto comparado con Colombia se evidencia no sólo con las mujeres y niños, sino con la mayoría de la población civil con acceso a éste medio masivo de comunicación. En medios virtuales como el del periódico El Tiempo, ciudadanos con profesiones tan variadas pero una cultura critica frente a nuestra situación actual, opinan sobre las noticias y artículos de opinión; ya sea para elogiar o ir en contra del presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, hay una participación activa.

Así mismo, el autor habla de una masificación de la sociedad mediante los medios de comunicación y el involucramiento que permiten a las personas en la vida política. Aunque se podría llegar a pensar que en Colombia estamos limitados porque la mayoría de medios son de derecha, apoyan al Presidente, artículos de opinión y los constantes comentarios que los lectores aportan a estos, son un claro ejemplo de que los medios no están masificando a los Colombianos, como se cree.

Es cierto que no todas las personas acostumbran a tener una posición crítica frente a los temas de actualidad, pues existe mucha desinformación por el simple deseo de entretenimiento, pero sí se logra una participación política activa. Como se mencionó anteriormente, esa identidad como voz activa en la vida política, se ve opacada también por la poca cultura critica que hay.

No se puede olvidar que muchos colombianos no tienen acceso a la educación básica, ni a medios masivos como la televisión, la prensa o el Internet. En caso tal, la teoría plantada por Jesús Barbero, excluiría a esta población de la vida política y de la aldea global, cosa que no es cierta, porque por parte del Estado sí existe un involucramiento de cada uno de los ciudadanos, en cualquier condición, en la política, que contiene la deliberación y lo público, aspectos que no posee el internet según el autor.

Obviamente, los ciudadanos que tienen acceso a medios masivos como el Internet logran tener mucha más participación política, pero no se puede olvidar la otra parte de la población, que aunque poca participación pueda tener, evidentemente la tiene; un ejemplo, son las votaciones para elegir a los dirigentes, las cuales no discriminan estrato, raza, sexo, etc. En cuanto a los menores de edad, para ésta población sí que hay una participación pero sólo vía Internet, lo que si difiere del resto, pero que depende de su capacidad critica que al pasar de los años se irá desarrollando.

Finalmente se puede concluir que en Colombia a pesar de que se crea que haya una poca participación en la vida política por parte de los ciudadanos, ésta participación depende de cada persona y se puede ver desde las dos perspectivas. Si la persona tiene acceso como ciudadano a la vida política y además, al internet, se verá mucho más involucrada en ésta que una persona sin acceso a éste medio. Pero se evidencia que existe ésta participación independientemente de sí hay Internet o no, sólo que éste medio amplía y aumenta la identidad que se pueda llegar a tener políticamente.

Imagen tomada de www.fitv.cl/user/tag/39606/internacional&page=2

6 oct 2008

Análisis de la televisión colombiana según “Transformaciones comunicativas y tecnológicas de lo público” de Jesús Martín-Barbero.

Por: Laura Rojas Mancipe.

La televisión en Colombia, no es una televisión crítica o que lleve al público a debatir, se basa principalmente en entretener; en reducir los programas, hasta los noticieros, en entretenimiento, no en información, o crecimiento cultural o crítica social.

Lo privado se vuelve público de dos maneras: por medio de la publicidad y de la opinión pública. En la televisión colombiana la publicidad nos lleva a consumismo por la gran cantidad de productos que existen y que nos ponen a nuestro alcance, pero también a consumir cultura o política, porque cualquier evento o campaña se ven vende, se hace popular por medio de la publicidad.

Por otro lado la opinión pública supone un debate por parte de los ciudadanos, una crítica pero por la misma falta de información de los medios esto no se da. Por lo tanto en este caso la televisión crea un vacio social, de información que hace más fácil la aceptación de cualquier tipo de discurso o ideología que ellos quieran dar.

Como por ejemplo el noticiero de RCN, se sabe que es a favor del presidente y de su gobierno, por lo tanto enfatizan en dar información favorable de ellos, en hacer propaganda a algo que se quiera promover, entre otras cosas, y como no se conoce otra información, mas parcial, que no quiera crear un pensamiento homogéneo en la sociedad las personas terminan aceptando esto y no haciendo critica o debato ciudadano.

La televisión está creando una nueva forma de comunicarse con el mundo, mientras en otra época se prefería ir a la plaza del pueblo o ciudad a escuchar el discurso de un presidente, ahora se hace por televisión, por lo tanto se va perdiendo cada vez más la relación de cercanía. Así como ha cambiado el vínculo entre las personas también se ha dañado el vinculo con el pasado, esto quiere decir que en la televisión colombiana lo más importante es el ahora, no se toman en cuenta hechos pasados que pueden ser relevantes para entender determinado suceso.

Como por ejemplo la tragedia de una familia de desplazados, pero solo los muestran salir de sus tierras y el motivo por el cual salieron de allí, pero no se hace un recuento de su historia pasada, de cómo vivían antes, de todos los aspectos de su vida que ayudan a entender mejor ese problema.

Las imágenes son lo más fuerte que tiene la televisión, y en Colombia se saben utilizar muy bien, pues que sirven mas como una distracción al público para tapar muchas veces la falta de información, de profundidad o de crítica, puesto que las personas le prestan más atención a una imagen impactante, a un video que a lo que realmente se puede estar diciendo y aunque las imágenes no mienten, no solo se puede quedar con lo que se muestra, sino que debe haber más profundidad y análisis; igualmente las imágenes significan reconocimiento, ser mostrados en televisión quiere decir que el resto de las personas los reconocen, son visibles para los demás, lo que nos lleva a lo anteriormente mencionado, que cada vez se va rompiendo mas el vinculo directo entre las personas, ahora se hace mediante la televisión.

Por otro lado, por toda la cantidad de información, de publicidad que llega de todas las partes del mundo es cuando se crea la aldea global, se dañan las tradiciones culturales propias de cada país para dar paso a las de otros países o a las impuestas por el canal de televisión, por lo tanto también se va ajustando el deseo y el consumismo del televidente.

Como se ha podido ver en Colombia la televisión tiene unos objetivos trazados, que son básicamente imponer un determinado sistema cultural, político e ideológico, los cuales lo logran por medio de las imágenes, la falta de información y de crítica, no tener en cuenta el pasado, entre otras mencionadas. Por lo tanto la sociedad colombiana está sumida en el poder de la televisión, creyendo que todo lo que se dice es la verdad absoluta sin preguntarse si hay otro lado de la moneda que realmente nos de las bases para crear un debate público.