20 sept 2008

Breakdance mundial


Por: Luisa Hernández Padilla

Del breakdance se puede afirmar que es una explosión de energía y movimientos urbanos con un alto nivel de dificultad en su ejecución. Brincos acrobáticos, contorsiones que desafían la gravedad y giros improvisados sobre las partes del cuerpo más improbables, constituyen la esencia de este movimiento que forma parte de los jóvenes de hoy, marginados por los problemas sociales de las grandes ciudades.

Este género musical que empezó en 1969 con la música de James Brown, se popularizó en barrios de Nueva York como el tan mencionado Bronx o Brooklyn. Comenzó como una forma diferente de lograr el control sobre un territorio; al principio era un baile con grandes movimientos únicamente de pie, pero después con la influencia del creador del funk, Brown, se convirtió en algo más que un baile, se formó una nueva cultura, se creó una forma de vida.

Esta clase de baile, el cual es una derivación del Hip-Hop ha sido principalmente de los guetos negros, este fue creado para protestar contra las ideologías políticas y las precariedades del trabajo forzoso que antiguamente se presentaban en la cultura negra de la sociedad norte americana.

Un personaje que hay que destacar en este ámbito es Rusell Simmons, quien ha sido un gran promotor de este género en los medios y en la industria musical logrando de esta forma una enorme difusión entre los jóvenes del mundo. Es tan grande la manera en que se ha difundido esto a nivel mundial que se han creado marcas exclusivas y dedicadas únicamente a este género, camisetas, gorras, bebidas son algunos de los productos con que cuenta este gran género

Otro protagonista, por decirlo así, de este género fue Don Campbell, un joven negro de California que se hizo famoso por crear un baile llamado “campbellock”, consistía en una combinación de los movimientos hidráulicos de los robots con movimientos incontrolados de Tap y expresiones faciales de la mímica francesa.

En la actualidad, el “Campbellock” se conoce simplemente como Locking. Además formó una banda llamada “The Lockers” que se caracterizó por usar zapatos de plataforma, medias rayadas, shorts, guantes blancos, sombreros altos y playeras estrambóticas; algunos de estos elementos se utilizan en la actualidad para la práctica de este género musical.

Aunque su popularidad se ha perdido un poco, este genero ha resurgido en países europeos y latinoamericanos gracias a películas y anuncios que se promueven constantemente, tanto así que se han creado festivales exclusivamente para que los jóvenes muestren sus habilidades en este complicado baile.

El breakdance en Colombia

Los primeros grupos de break dance de Bogotá se conformaron hacia el noroccidente de la ciudad especialmente en la localidad de Suba y posteriormente en Engativa y Los Mártires. Estos grupos contaban con jóvenes de estratos socioeconómicos medio-alto.

La mayoría de los jóvenes se apropiaron tanto de este género que lo veían como un estilo de vida que les brindaba reconocimiento ante sus barrios. En los años noventa resurgió el género en las demás localidades de la ciudad, tomando gran fuerza entre los jóvenes que lo tomaban como algo más que un baile y lo presentaba como una forma de arte.

Este género tiene en Bogotá su propio festival que se realiza en el mes de octubre en el escenario de la Media Torta y en el que los jóvenes muestran todas sus destrezas y conocimiento de esta cultura urbana

Un día en el breakdance

En un parque de la localidad de Engativa un grupo de 10 jóvenes, miembros del grupo Aerophone Crew, se encuentran girando sobre su cabeza, dando vueltas en el aire y con una sola mano soportando todo el peso de su cuerpo. Esto es una muestra de lo que viene en la competencia que tendrán los jóvenes con los integrantes de 3ra Cuadra, otro de los grupos de brakedance de los barrios de la localidad.

"Lokillo" es la chapa de Giovanni, es decir, el sobrenombre que lo identifica dentro de su grupo urbano. Con 26 años de edad, él prefiere usar las bermudas y camisetas esqueleto tipo basquetbolista para enfrentar a sus rivales en el ring, por decirlo así, pero no es un ring de boxeo sino de baile en el que la danza del quiebre o breakdance es lo que predomina.

No es para nada fácil aprender a bailar este género que conforma esta cultura urbana. Sus ejecutores deben dominar técnicas corporales de alta precisión y complicados movimientos para impresionar a los espectadores, quienes siempre aprecian con aplausos toda la destreza, velocidad, elasticidad e incluso el riesgo de estos bailarines al desafiar el duro pavimento que roza sus rostros, caderas, codos y rodillas.

No es necesario estudiar en academias para aprender esta danza urbana. Lo más importante es tener el talento y las ganas para aprender los pasos más difíciles y escurridizos. Tal es el caso de Giovanni, líder del grupo 3ra Cuadra.

Aunque desde niño comenzó bailando los ritmos tradicionales colombianos, en su adolescencia se inclinó por el movimiento del brakedance. “Aprendí a bailar con los videos musicales de mis artistas favoritos”, afirma este joven que lleva ocho años trabajando con este genero, alimentándose de influencias extranjeras pero imprimiendo su toque personal.

Alfonso, integrante de Aerophone, quien tambien es empírico en este género asegura que el mensaje que ellos desean enviar desde su grupo de breakdance es que es mejor dedicarse al arte y no a la guerra.

Este género es muy variado en cuanto a que puede hablar de numerosos estilos de pasos como Bobi popping, locking, electric boogie, hype, smurf o new jack swing, “el brakedance es un baile que rápidamente se desarrolla debido a que se perfecciona por autoaprendizaje principalmente”, es lo que dice “el Lokillo”.

Pero el brakedance se ha visto influenciado últimamente por movimientos inspirados en la Capoeira y otras danzas folclóricas. Se han creado nuevos giros sobre las manos llamados Handglides, o los hombros denominados Windmills y en especial sobre la cabeza, Head spins. Estos han llamado la atención de las nuevas generaciones de jóvenes que buscan manifestar sus inquietudes a través de este arte.

Un aspecto que llama mucho la atención es la cantidad de grafittis que rodea el escenario, por llamarlo de alguna manera, del brakedance. La mayoría de los integrantes de los grupos, por no decir todos, sabe algo del arte del “tager” como denominan los breaking el pintar los muros.

El graffiti es un medio de expresión pero cuesta mucho trabajo hacerlo y ciertos riesgos, “porque el hecho de uno vestir ropa ancha y estar expresando en una pared nuestras emociones, nos tilda de vándalos y no es así”.

Definitivamente el brakedance se puede asegurar que es un estilo de vida, con sus propias costumbres y porque no decirlo con unas raíces muy fuertes que a lo largo de tres décadas se ha inmiscuido en la rutina de los jóvenes que buscan una manera sana de expresarse.

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