9 sept 2008

Cultura Rastafari en Bogotá




Por: Catalina Amaya, Juan Raúl Sierra y Jonatan González

Rasta o Rastafari, son palabras que el gran promedio de la sociedad relaciona con una moda; una moda en la que una persona tiene un look desaliñado (pelo largo trenzado en forma de dreadlocks, barba, mirada adormitada), es fiel seguidor de la música pasiva y relajante como el reggae o el jazz, inclusive muchas personas asocian estos términos solo al peinado característico de aquellos que siguen el movimiento Rastafari.

Los rastafari son un movimiento socio-cultural que considera al emperador de Etiopía Haile Selassie I, antes llamado el Príncipe Ras Tafari (en Amhárico), la encarnación de Cristo en su carácter de Dios como Rey.

Surgió en los comienzos de los años 1930 en Jamaica a partir de profecías bíblicas que atribuyeron la divinidad a Selassie, el deseo de los descendientes de esclavos negros de volver a África. El rastafarismo surgió entre la población negra de clase trabajadora en Jamaica, y permanece en defensa de la Supremacía Negra, que se interpreta como la supremacía del bien sobre el mal, el color negro representa al bien y en ninguna forma tiene que ver con el color de piel de los hombres. Son erróneamente conocidos por su devoción a la música de reggae cuando en realidad la música reggae no forma parte del Orden Ceremonial Rastafari. La Ganja no necesariamente forma parte del Orden de Vida Rastafari.

El contacto para la visita fue Juan Carlos García, estudiante de Comunicación Social para la paz de la Universidad Santo Tomas, antiguo compañero de estudio y amigo casual. El sostiene una relación estrecha con dos rastas mas que estudian también en la misma universidad aun cuando no pertenecen al mismo grupo de reunión ya que los rastafari suelen tener reuniones de solo integrantes, todas ellas consisten en canto de himnos y coros, lecturas de salmos y capítulos de la Santa Biblia y razonamientos. Estas ceremonias van acompañadas de la música Nyahbinghi. A diferencia de lo que muchos erróneamente creen, la música reggae no forma parte del orden ceremonial rastafari. Es la música de tambores africanos al ritmo del latido del corazón la que alimenta espiritualmente a los hermanos y hermanas de la fe rastafari.

El día arranca normal, a diferencia que “yo me hecho unos plons de ganya por la mañanita pues para estar relajadito en clase toda la mañana en la U” nos contaba Juan Carlos mientras esperábamos a los amigos (Fabian y Paulo) para salir a almorzar, con la sorpresa de que la invitación era a restaurante vegetariano. Pedimos arroz con vegetales mientras que los otros dos pidieron espagueti con carba (masa a base de lentejas que remplaza la carne).

No hay un estudio general a la cultura rastafari, pues según ellos cada uno es dependiente de su fe, es decir, también tienen entre ellos muchas diferencias en su fe. Una de las doctrinas más importantes son la del consumo opcional sobre la marihuana, ya que ésta es la planta sagrada de los rastafari y es utilizada para varios usos rituales que podrían llevar a elevar los pensamientos y a tener una íntima comunión con
Jah, aunque no necesariamente se puede asociar a los rastas con la marihuana.

Luego de finalizar el almuerzo, decidimos acompañarlos al apartamento de uno de ellos a “pasar el hueco, y fumar un rato”. Al llegar armaron un porro y lo prendieron. No me ofrecieron, porque Juan Carlos ya les había dicho que yo no fumaba marihuana, pero fue interesante poder observar como esta hierba logra en ellos una relajación y un estado en el que hablan todos los temas comentados en la teoría encontrada en internet sobre ellos, es decir, sobre sus creencias, sobre la violencia, las injusticias llevadas a cabo en “babilón” y demás.

El rastafarismo comparte junto con el cristianismo, una serie de prejuicios contra las mujeres y la homosexualidad, derivadas de su percepción conservadora de la sexualidad humana. Así, algunos justifican en base a preceptos bíblicos su oposición al aborto, las relaciones entre personas del mismo sexo, o la subyugación de las mujeres a los hombres, así como su "impureza" cuando éstas tienen la menstruación. Algunos sostienen una alimentación vegetariana y alejada del alcohol, con la intención de mantener sus cuerpos lo más puro posible.

En otra ocasión tuvimos la placentera oportunidad de compartir una tarde completa con Ras Elijah, un hermano oriundo de Kingston, Jamaica, y propietario de otro restaurante (por supuesto vegetariano) que con una amistosa bienvenida y atención nos proporciono casi todo lo que alguien puede saber del movimiento Rastafari; su español no era el mejor, afortunadamente uno de nosotros pudo comunicarse perfectamente con el, ya que conocía la jerga jamaiquina; Ras Elijah nos comento que hace ya 2 años vivía en Colombia, al preguntar el por que su respuesta fue sencilla: “por mi princesa”, aunque también acotó que había estudiado nutrición y medicina natural, y que por eso decidió colocar un restaurante, por que en palabras de el “ todo en nuestra cultura es un balance, espiritual, físico, nutricional (risas), emocional”.

Abordando el tema de las costumbres Rastafari, Ras Elijah de inmediato nos dijo que la cultura Rasta no tiene barreras, prejuicios ni obstrucciones...”cada uno de nosotros tiene un Rasta por dentro, todos podemos ser una solo espíritu en alabanza a Jah”, comento que por su parte no pertenecía a ninguna comunidad que él y su restaurante no son extraoficialmente para gente que le guste el reggae o se defina ella misma Rastafari sino para cualquier persona que quiera sentirse bien, comer sanamente y estar en contacto con sus emociones y, por que no, meditar. Nos explico que cada uno de nosotros pertenecemos a una tribu en especial, según las 12 tribus de Israel que menciona la Biblia.

Las 12 tribus que según el Génesis, Jacob (o Israel) que tuvo doce hijos cuyos nombres fueron (en castellano): Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, José, Benjamín, Dan, Neftalí, Gad y Aser. Estos doce hijos serían posteriormente reconocidos como los patriarcas de donde provienen las doce tribus de Israel entre las que Josué repartió la Tierra Prometida, la tierra de Canaán, Judea y hoy Israel tras el regreso de Egipto.

De todas las tribus, la de Leví se dedicó al sacerdocio por mandamiento divino, por lo que no se le asignó tierra. En cuanto a José, en el reparto de las doce tribus se le dio trato de tribu a los descendientes de sus hijos Efraím y Manasés, porque eran una tribu poderosa y podrían conquistar las tierras que les asignaba.
Ras Elijah nos dijo cual era la tribu a la que pertenecía cada uno de nosotros y el fin de cada una de ellas, no falto poco para que el restaurante se llenara, así veíamos como “hermanos”, como les agrada que se les llame sin importar sus pensamiento raza o providencia, llegaban a pasar su rato libre…pudimos hablar con algunos que, como siempre muy respetuosos y de calurosa amabilidad, nos ayudaron, unos de ellos pertenecían a tribus distintas, lo que nos cautivo para preguntar si cada una de las tribus tenia sus propios ritos o ceremonias; el profeta Pablo, de la orden de Melquisedec – Tribu Boboshanti y proveniente de Chile, nos comentó que una de sus mas frecuentes reunión se basa en celebraciones para Dios, en como el hombre se entrega en “sacrificio vivo”, es decir entregarse a Dios en todo lo que uno hace y desea hacer.


Las reuniones eclesiásticas son congregaciones de alabanza en donde se ambienta con música Nyahbinghi, y después se “Chantea”, que es dar una oración a Dios o también puede ser una historia e las relaciones bíblicas, y es cuando se medita y se entrega todo al Dios, “teniendo la conciencia limpia es como uno alaba a Dios” nos dijo el profeta pablo. Al terminar la visita cenamos la son de música reggae y a la sazón de Ras Elijah.

Reuniones especiales como las Groundation, son encuentros en las montañas creados generalmente para celebrar acontecimientos especiales como lo es el 21 de abril fecha de la visita de selassie a Jamaica en 1966. Los Rastas se sientan en un circulo y se pasan la pipa de la hierba sagrada con la mano izquierda apoyada cerca del corazón recitan poesías y plegarias y cantan pasajes bíblicos al ritmo del akete(tambores). Los fieles bailan a su alrededor y cuando la vibración sube, alcanzan a dar gritos de i8luminacion invocando al alma del Almighty: “Jah Rastafari”, “Selassie High!”. Las mujeres preparan comida naturales: hay mucho arroz, mango, papaya y tragos sin alcohol. Hay placer, angustia, emoción, tristeza, ira y amor. Pero sobretodo tienen la certeza de vivir una experiencia sagrada, bajo las estrellas.

En conclusión la experiencia fue muy interesante, porque nos permitió aplicar algunos conocimientos obtenidos por medio de las lecturas y así sacar el mayor provecho a esta visita, la cual tuvo más matices de lo que llegue a imaginar. Nos hace falta material para poder afirmar con contundencia y argumentos que los rastafari son una cultura con todo lo que implica. El proceso no será fácil pero luego de algunas visitas de campo, más interacción con ellos y suficiente respaldo teórico llegaremos a obtener resultados concretos.

3 comentarios:

ixlahak dijo...

Hola, interesante el articulo, donde puedo encontrar más informacion sobre el rastafarismo en Bogotá y hacer contacto con la orden Boboshanti

Anónimo dijo...

su articulo me pareció muy interesante, ya que también soy de la universidad santo tomás y estudio comunicación social y necesito cierta investigación sobre el movimiento rastafari. Esto me fue de gran ayuda pero también me gustaría saber donde puedo contactarlos para una investigación más profunda gracias.

Anónimo dijo...

Hermanos!!!! Es increible como rastafari avanza me sirve de mucha ayuda cada dia saber mas sobre esta hermosa cultura soñada jah bless!!!